Movimiento Estudiantil en movilizaciones a 6 años del estallido
Con tomas y protestas, estudiantes de universidades emblemáticas advierten que las demandas sociales siguen sin respuesta y cuestionan la gestión del gobierno saliente.
Por Nicolás Belmar, Ignacia Moraga y Sofía Vega
Seis años después del estallido social de octubre de 2019, el movimiento estudiantil chileno ha reactivado sus movilizaciones con una fuerza inesperada. La toma de la Universidad de Santiago (USACH), las constantes marchas convocadas por la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH) y las protestas por causas internacionales en la Universidad Autónoma delinean un nuevo ciclo de protestas.
Este resurgir activista evidencia una conclusión compartida entre los líderes universitarios: las demandas sociales que motivaron la revuelta de 2019 permanecen sin una respuesta estructural. “Sí, las demandas siguen vigentes”, comenta Sofía Blanche, estudiante de Psicología de la Universidad de Chile, “porque al final no hubo un verdadero cambio, fueron puras medidas parches”.

Balance político: Crítica a Boric y su gobierno
La evaluación de la gestión del presidente Gabriel Boric es particularmente severa entre los manifestantes. Si bien se reconocen algunos avances en políticas sociales amplias, la sensación de deuda en materia de derechos estudiantiles es abrumadora.
“En cuanto a movimientos estudiantiles es lo que quedó más al debe”, analiza Tomás Roa, estudiante de Administración Pública de la Universidad de Chile. “Considerando que el Presidente se dio a conocer gracias al movimiento estudiantil del 2011, siguen vigentes las mismas demandas estudiantiles y la criminalización a los estudiantes secundarios”.
La toma de la USACH: Un síntoma del malestar general
La toma de la Universidad de Santiago no es un hecho aislado. Ariel, un estudiante de la USACH que no solía participar en este tipo de acciones, decidió sumarse. “Quise apoyar la causa, sobre todo porque durante mi tiempo en la universidad nunca había ocurrido algo así”, explica.
El carácter pacífico y organizado de esta movilización, según relatan sus participantes, contrasta con la narrativa oficial sobre el conflicto estudiantil. “Esta vez el ambiente fue muy distinto. La toma/paralización ha sido súper pacífica, con un sentido de compañerismo muy fuerte”, destaca el estudiante.
Advertencia al escenario político
Las movilizaciones estudiantiles representan una alerta contundente para la próxima administración gubernamental. El descontento social mantiene total vigencia tras seis años del Estallido Social, demostrando profundas insatisfacciones pendientes. La demanda histórica por una educación pública no mercantilizada sigue siendo bandera de lucha principal, según explican los dirigentes universitarios.
La solidaridad con Palestina marca una nueva dimensión internacionalista del activismo estudiantil contemporáneo, expandiendo sus horizontes de lucha, donde los jóvenes exigen coherencia en política exterior.
Los estudiantes cuestionan el rol del Estado, reflejando una evolución notable en las demandas del movimiento social, que interpela directamente al próximo gobierno, demostrando capacidad de articulación local y global simultáneamente, manteniendo su relevancia política.