Jóvenes impulsan la preservación de la tradición cuequera en Chile
Con un fuerte compromiso cultural, agrupaciones como “Los Esteban” y “Los Guachucheros” asumen el desafío de mantener viva la cueca en espacios públicos y proyectar su continuidad en el país.
Con la llegada de septiembre, Chile se prepara para las Fiestas Patrias, una celebración marcada por la gastronomía, la música y los bailes típicos. Entre ellos, la cueca se mantiene como un símbolo cultural que, lejos de quedarse en el pasado, ha sabido adaptarse a nuevas generaciones gracias al impulso de jóvenes cuequeros de todo el país.
Esteban Burgos es uno de los dos músicos que integran Los Esteban, dúo que nació hace dos años a partir de su inquietud por rescatar las formas populares de hacer cueca y enfrentar la falta de espacios que, a su juicio, afectaba al ambiente cuequero. Tanto él como otros jóvenes, se han convertido en protagonistas de la preservación de esta expresión cultural. “Desde que entré a este mundo he visto gente joven vinculada al folclore chileno, pero de acuerdo a la historia que sé, siempre ha sido así”, comenta.

Esta visión se complementa con la experiencia de Manuel Torres, integrante del grupo familiar Los Guachucheros quien destaca el resurgimiento del interés juvenil: “Hace 10 años atrás no veía tanto a la gente joven motivada en el baile folklórico o a la cueca. Y creo que hoy en día es todo lo contrario”.
Rol juvenil y su proyección
Si bien el interés por la cueca, en la juventud, no siempre sigue una línea ascendente Burgos reconoce que existe un interés por el género. A su juicio, cumplen un rol en la evolución y progresión del arte cuequero, aunque todavía predomina el apego a lo tradicional. “Se apegan a lo tradicional y al ser intérpretes de repertorio, que aunque es bonito y necesario para conservar las tradiciones, creo que es importante tributar” agrega.
A pesar de ese avance, el intérprete cree que uno de los principales desafíos que enfrentan los cuequeros hoy, es la valorización que le otorga la población general. En ese sentido, apunta a las instituciones educativas como un punto crítico.
Para él, se debe cambiar la mirada superficial de la cueca y entregarle la complejidad que merece, “la cueca no es solo una danza. Es memoria, poesía, música, fiesta, relato, relaciones humanas, es mil cosas. Es complejo y entender esa complejidad a nivel educativo es fundamental para entendernos como pueblo, como patria”.
Manuel por otro lado, observa un cambio positivo en la actitud de la gente: “Ahora como que uno se atreve más a bailar aún sin saber tanto cosas técnicas. Al final es bailarlo como tú lo vayas sintiendo”.
El trabajo de estos jóvenes, ya sea rescatando cuecas antiguas como Los Guachucheros o innovando como Los Esteban, asegura que esta tradición continúe vibrando con fuerza, no solo en septiembre, sino durante todo el año.